
La vida me llama, me pide que la mire, que la descubra, que deje atrás todo rastro de tristeza, que deje de llamarme Verónicamitad, que busque mis caminos una y otra vez si es necesario. Que me sienta mujer de mil caminos y rumbos.
No sólo hay flores en el camino,
únicamente existe mi tiempo interior,
he descubierto el amor,
la letra que marca y quema.
El dolor profundo que puede disiparse
con el pensamiento.
Y está mi ser, que no se deja mostrar.
Está mi amor tan intenso,
como las hojas que caen,
o las tormentas que se acercan.
La plenitud puede ser de una mujer,
la arena puede volver a ser roca,
la roca día a día se hace arena.
Voy a creer en tales transformciones...
IVY.