
Mi piel evoca el mar, su inmensidad, el movimiento que seduce la mirada, que le da paz al corazón.
Estoy entre las ruinas del pasado y las llanuras hermosas y silvestres que tendré que atravesar.
Pero es mi temor a sus aguas, mi temor y amor a sus aguas, lo que provoca esta necesidad, de su cercanía, mi gran respeto a su horizonte, lo más cercano a parte de las noches estrelladas, de lo que es el infinito...
Su fuerza es doble y poderosa tanto de eros como de thánatos. Soy mujer de arena y necesito de sus aguas, para reconstruirme y volver a sonreír...Soy mujer de naturaleza que conoce de la ciudad sólo para liberarse de ella.
Y así con la piel de arena me desvanezco por el viento y me reinvento por nuevas manos de amor, es el amor del mar el que me toca y me deja su sabia entre mis cuencas...Ivy.