Me gustaría no haber perdido tantos días de risa, Me gustaría no haber vivido tantas lunas de rabia y de rencor. Haber tomado tu mano, nO haberme negado a la dulzura del abrazo y el beso.
Me habría gustado hablarte de las estrellas, del mar y sus olas. De la tiebiesa de las palabras que me provocan. De los últimos hombres, de los primeros filósofos.
Y ahora cuando hablamos sin la ira y la incomprensión, es extraño. hay un hermoso regalo en tus llamadas, hay un anhelo compartido de pasar tiempo, y recién ahora veo tu dolor, tu fragilidad, y me siento pequeña otra vez, niña otra vez, me gustaria jugar y reír de tu mano.
Un hermoso regalo tu amor no confesado.
Y comienzo a saber de ti, te escucho y leo entre líneas...
Ivy. (a mi padre)
