Al suelo de casi todas las maneras posibles, escucho a Manuel García "Que fui un pasajero allá entre tus sueños", "La tinta de mis lágrimas...", "Pienso en ti".
Las personas entran y salen de mi vida, cuando uno confía es tan dificil ver cuando alguien se escabulle sin que tú te des cuenta. Te vas como si nada, como si el amor se encontrara todos los días, como si el amor fuese algo que pasa sin más, sin que uno lo arraigue. Quizás mejor así, para no sufrir a futuro.
Mientras, ruedan las lágrimas y las convierto en palabras, trato de aprender, comprender y olvidar. No es sencillo aceptar de vuelta un corazón rasgado, que se habia dado pleno de felicidad.
Alguien alguna vez te llamó viento, si quizás sea una hermosa comparación, me elevaste a lo alto y me diste mucha felicidad, alegría que necesitaba en esos momentos. Pero así como el viento es hermoso, es libre y violento, he caído repentinamente a tierra y el viento ya no está acariciando mis cabellos, se ha ido tan rápido, que a veces no puedo respirar. Su atención se vuelca a sí mismo, al mundo, a lo que significa, según él la libertad...
...Aunque puedo decir a mi favor, que la libertad se puede vivir día a día sonriéndole al compañero de tu viaje. Que uno sí puede realizar sus sueños junto al otro, siempre y cuando esos sueños sean constructivos y de luz.
Pero por más que corra no podré nunca alcanzar al viento.