martes, diciembre 10, 2013

Miró a su alrededor.


Y ella miró a su alrededor, estaba todo resuelto en su vida o ¿no? Que incómoda conclusión, si ya esta todo hecho que sentido le damos a las horas.
No quiero días sin sol, sin color. No quiero una vida vacía, haciendo aquello que se supone que hay que hacer, no quiero tener espinas camufladas, que hagan daño a los que a mi lado están.
Ahogada sin poesía, ahogada si no hay belleza.
Así empieza otro día buscando, soñando lo absurdo, lo que no sucederá, respondiendo preguntas que no hay que responder, no quiero caminar sin luz aceptando lo que otros dicen que esta bien.
Camino por las calles, húmedas de impaciencia. Ella tranquila como siempre, pero  su interior inquieto, divagando lo que puede ser y no es. Toma su café y ansía un cigarrillo que nunca
 se atrevió a probar, espera la gente con su cigarro con la convicción, de que todo se detiene y se destruye igual.

Sigue pensando bebiendo su café que se enfría...

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