sábado, setiembre 23, 2006

Vivir un tiempo sin tiempo. Ivy.

…Ingreso a las infinitas tristezas, me paseo por los cielos que me acompañaron, veo a los que tanto amé, pero es inútil, el aprendizaje no ha surtido su efecto sanador, no puedo ni quiero olvidar.
Las nubes no me dejan ver la belleza, tan dispuesta a maravillar y a ser adulada.
Me gustaría por un momento salirme del tiempo, aunque ya me ha pasado, al tratar de anular mis pensamientos, el hecho de querer estar en la nada nos lleva a una incierta contradicción y olvido temporal, es como si yo fuera un personaje de una película, y la pregunta que sigue es, ¿Por qué me están filmando, por qué me pasa esto a mí? El olvido me llevó a no saber quién era, a preguntármelo sin encontrar certezas. Es posible acaso salirse de uno mismo, sin que eso signifique desdoblamiento… El dolor nos puede llevar a las conclusiones más extrañas.
Así de extraño es escribir esto, y recordar esos acontecimientos de infancia…
Desperté estaba encima del volumen nº 7 de las obras completas de Borges y recordé las cavilaciones que fueron parte de mi cabeza en esos instantes. Procedí a escribirlas. Y momentos después.
Lunabel se decía para sí,- en que momento perdí aquel don de anulación, o será que la lectura de Borges había influido en aquellos supuestos recuerdos, o en aquella supuesta experiencia. Por alguna razón escribía desde los siete años (una especie de misión la guiaba a ello aunque ya no estaba muy convencida). Su círculo de amigos eran unos agnósticos fanáticos de Sabina, amantes de las artes y de la vida sencilla. Ella se consideraba más ingenua, pero adhería gustosa a las juntas de los sábados para ver cine arte y reírse de las convenciones absurdas. Ella se sentía feliz siempre rodeada de música y letras, aunque ella más bien permanecía callada o sólo se limitaba a reír.
Quién podría advertir que tales pensamientos, esos extraños pensamientos acerca de lo temporal, podrían anidarse en una mujer tan frágil y pequeña, sobre todo pequeña.
-Ah qué mal, siempre me quedo dormida cuando leo, así nunca terminaré las obras completas. Sin embargo he conectado el dolor con el tiempo. Si no sintiera un profundo dolor, no habría existido ese pensamiento, pero había olvidado esos acontecimientos. Y esos acontecimientos eran de olvido. Y de que me sirve tener todo eso escrito.-Mmm puede servir para alguien que quiera liberarse de sí mismo-

1 comentario:

ananda dijo...

muy interesante esto q escribiste, me hace pensar en la constante necesidad q tenemos los seres humanos de evadir el dolor...pero sin dolor, cómo habría aprendizaje?...y es q cuando algo nos marca realmente (generalmente va acompañado de dolor), es cuando aprendemos más rápido.....y creo q muchas veces me he alejado de mí..me he perdido en la poesía q endulza hasta lo más doloroso....pero me hace vibrar de esperanza y amor....me hace elevarme desde mi puesto y volar..creo q tiendo a hacerlo seguido.....y a veces siento q no he aprendido mucho......tb. suelo racionalizar mis sentimientos....pensar en la mejor forma en q podría estar para alejar ese dolor.....lo cual, según mi terapeuta, no es bueno.....no es ser uno mismo...es evadir nuestro proceso evolutivo-doloroso....y la alegría tb. existe...pero siempre luchamos más x alcanzarla a ella q x alcanzar el dolor.(realmente deseo q luches tb. x alcanzar la alegría)..ahora pienso q es bueno enfrentar el dolor...llorarse la pena y cito un poema muy bueno q refleja muy bien lo q intento decir:

-LLORAR A LÁGRIMA VIVA-

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

[Oliverio Girondo]

creo q llorando es la única manera de transformar el dolor en algo positivo, en algo q trascienda a un crecimiento personal. a valorar la vida.

me muero x sumergirme en los laberintos de Borges, está dentro de mi lista de proxs. adquisiciones.

x otra parte..me gustó la forma de escribir este texto...se agradece mucho. lo encontré novedoso. sobre todo muy sincero.

te mando un cariñoso abrazo. y voi notando cada vez más al leerte, q eres una persona muy especial. cuídate mucho :) xq vales.