Empezar sonriendo porque mi alma se nutre cada día y es un amor profundo el que envuelve y el que viaja, el que me hace recordar Río Cuarto, Mendoza y Pedro Aznar. Evoco momentos de la luna y el sol reinantes, laguna Cahuil bañando nuestras ilusiones, y es el mar el que baña a la mujer de arena y tus manos moldean su pelo y ella se desdibuja con las olas.
Son los caminos recorridos y los que hay que recorrer. Y las promesas escritas en las estrellas por cada agradecido suspiro de magia y amor. La bendición de lo simple nos une cada día y nos da la fuerza suficiente para creer.
CREER Y AMAR.
Ivy.